Frank
Apabullada todavía por las campanas se acomoda en la orilla del colchón, busca las pantuflas mientras Frank le lame los dedos gordos de sus pies descuidados, arrancándole pequeñas sonrisas. Es indudable que encuentra cierto placer en la lengua del gato. Las paredes decoradas con copias bien hechas de Gauguin están ahí para alegrarle el día y recordarle lo importante que es el buen gusto...