Goma de mascar

Supermercado, oh, ¿qué marca de goma de mascar elijo?
Todas son iguales: una marca, un nombre, pero en realidad no lo son.
Mira, mira, solo escoge algo rápido, la gente nos mira, es hora de irnos y la piel arde.
Solo escoge algo, algo, ¡al-go-o!
Son tiempos en los que un chicle puede ser lo más emocionante del día.
Ya lo tienes entre tus dedos, sientes el ligero peso de la envoltura.
El aluminio del empaque cruje suavemente al abrirlo. Brillante.
Desgarra la envoltura con cuidado.
Sacas el chicle, un pequeño bloque de goma, insignificante, pero sabe a frutas.
Masticar el chicle: no me importa si piensas que soy tonta, en lo absoluto.
Los primeros momentos son intensos, lo masticas rítmicamente, se vuelve más suave pero estás consciente de que cada masticada te acercará más al final, lo disfrutas, se desvanece el sabor…
¡Sorpresa! El mundo solo la masticó y la escupió, como a tu chicle.
No dejes que eso te ponga triste, probablemente los chicles tenían mala suerte de todos modos.

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